martes, 19 de julio de 2011

La felicidad una cuestion de ciencia


La ciencia ha tomado todo, todo respecto de un mundo globalizado, de lo que se puede pensar como un mundo uno.
El mundo parece ser uno, y eso genera una ficción que hace posible, lo que no lo es. Cuando el valor de lo uno, queda como unidad, entonces se pierden las diferencias, y el valor de lo relativo, se trasforma en absoluto.
La ciencia genera eso, el Uno pero el uno de la unidad, que no es el uno de la división, que sería más bien el uno del otro, lo otro del uno.
Si la felicidad es posible, entonces caemos en una tautología, en un axioma que dice que no es posible no ser feliz
Hay un imperativo que es que hay que ser feliz, un bien supremo una máxima que queda marcada en cada uno de los que viven el mundo hoy.
Entremos con el campo del psicoanálisis, y con /Freud su fundador, su creador.
En el texto, el malestar en la cultura. Freud dice que hay un malestar casi diríamos inherente a la estructura humana, malestar que el hombre deberá pagar como un modo de entrada, de pasaje, una naturaleza perdida por la condición humana.
Entonces por un lado tenemos el psicoanálisis, y la ciencia no lo pongamos en oposición, pero ubiquemos que va por lugares diferentes.
La ciencia con una promesa de felicidad, el psicoanálisis con la promesa incumplida, dos caminos diferentes que se encuentran en la oferta terapéutica hoy.
La oferta y la promesa de la felicidad es una de los principios que hoy parece imperar e n soluciones terapéuticas que muchas de ellas, y porque no la mayoría están orientadas en el suministro de fármacos; los antidepresivos.
Ya no se habla de lo que acontece, del malestar, del dolor de existir. Ahora se orienta la existencia por la droga suministrada, siendo así esto un modo de silenciar al sujeto, porque el sujeto es concluido por efecto de lograr una felicidad que no se puede saber que es.
Es perseguir una meta sin meta, o mejor dicho es orientar una meta sin camino, sin trayecto, entonces sin destino.
Entonces tomemos el camino del maestro zen, camino que oriento a lacan para ubicar la posibilidad de que el sujeto encuentre un lugar en su deseo, pero que eso siempre es respecto de una perdida, de lo que cada uno esté dispuesto a ceder, el psicoanálisis es una terapéutica pero no es cualquiera, una apuesta que no es la del mercado, mejor dicho una apuesta que se sirve del sujeto, sus dichos, su causa y porque no su queja.

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